Hemos comenzado el tiempo litúrgico del ADVIENTO.
El término «Adviento» viene del latín adventus, que significa venida, llegada. El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor. Junto a María y José nos ponemos en camino hacia Belén. A la Virgen Inmaculada le pedimos nos enseñe a recibir a su Hijo con amor, con gozo, con el corazón abierto como Ella lo tuvo.
Vivir bien el Adviento es la mejor preparación para vivir una Navidad cristiana, donde el centro de la casa sea JESÚS.
Así nos decía el Papa Francisco en la homilía del primer Domingo de Adviento:
“El Señor siempre va más allá, va Él primero. Nosotros damos un paso y Él da diez. Siempre. La abundancia de su gracia, de su amor, de su ternura que no se cansa de buscarnos. También a veces con pequeñas cosas”.
Y con la Iglesia repetimos cada día:
¡VEN SEÑOR JESÚS!